Una escapada a la costa mediterránea, y es que todo es posible en Alicante, oir hablar de Alicante y rápidamente nos viene a la cabeza, playa y Sol, esto es cierto, pero tiene mucho más. Por supuesto que podremos ir a esta bella ciudad del Mediterráneo y disfrutar de sus playas, ya sea su querido Postiguet enclavado en el mismo centro de la ciudad ó visitar el cabo, albufera ó, como no, la afamada playa de San Juan. Pero si queremos ir a ver museos, castillos, pasear por una ciudad que tiene de todo... perdernos por su casco antiguo... todo es posible en Alicante.
Alicante tiene 3 cosas que en España son muy famosas: sus playas, sus palmeras y su equipo que es el mejor” así es como empieza el himno de su equipo de fútbol el Hercules c.f. Yo diría que no solamente que tiene tres cosas sino que tiene muchas más. Pero sobre todo tiene una cosa que la hace única; tiene luz, una luz mediterránea durante los 365 días del año que brilla el sol
Sencillamente indispensable es subir al Castillo de Santa Bárbara (gratuito), regalito de la etapa morisca. Las vistas desde allí son verdaderamente alucinantes. Podremos subir por un ascensor que hay frente a la playa del Postiguet (atravesando un puente de hierro que cruza la carretera que hay justo detrás de la playa), o en coche, por detrás. Por supuestísimo, hay que pasear por la Explanada, siempre con sus puestos de hyppies al atardecer en verano. Alargando el paseo desde el puerto deportivo hasta la playa del Postiguet. Si no se tiene prisa, se puede hacer un recorrido a pie desde la Explanada hasta el parque de Canalejas (tiene ficus centenarios), subiría por la Avda. del Dr. Gadea hasta la Avda. de Alfonso el Sabio. Allí tomaría esta última hacia la derecha, y justo al llegar al Mercado Central (en esa misma calle), me sentaría en la Heladería Espí a tomar una horchata con fartonss caseros que son sencillamente increíbles!!!! o bien helados artesanos de todos los colores y sabores. De verdad, no vais a probar nada igual en toda la provincia, son una pasada de buenos. Si vais en invierno, no os desaniméis, porque tienen un surtido de turrones y delicatesen navideñas que son todo un lujo.
Si vamos hacia el sur de la provincia, nos toparemos con los grandes arenales de la provincia. Son playas con una arena increíble, que forma dunas en bellísimos espacios naturales. Es el caso de los arenales del Sol, la playa del Pinet o Guardamar. Aunque son zonas muy masificadas, en cuanto te vas alejando un poco de los núcleos de edificios, siempre encuentras ese hueco que buscabas y una playa inmensa para pasear o bañarse.
Para aquellos que aparte del vuelta y vuelta playero, deseen conocer algo más de la provincia, esta es mi recomendación:
Y ahora empezaré por el norte e iré bajando. Visitas obligadas, para más información podréis visitar la web Alicante Diferente por ejemplo.
Calpe: hay que ir a ver el Peñón de Ifach. Las playas con excelentes aunque un poco masificadas. Hay que visitar los baños de la reina (yacimiento arqueológico) y como no, comer en el puerto. Es típico del lugar ofrecer mariscadas con su sangría a muy buen precio (no esperéis nada fresco, pero están bastante bien, son muy resultonas). Hay montones de restaurantes que ofrecen sus productos a pleno pulmón. Merece la pena darse una vuelta por allí.
Altea: quién no ha oído hablar de "Altea la vella"? Pues sí, Altea la vieja hay que ir a recorrerla. Dejar el coche abajo, no os compliquéis, mejor en un párking y subir a ver sus casitas blancas, sus tienditas, su iglesia con azulejos azules en la cúpula, merece la pena. Además, las vistas desde arriba son divinas.
Un poco hacia el interior está el pueblo de Guadalest, una joyita de la provincia de Alicante. Precisamente por su ubicación y su perfil característico, es uno de los puntos más turísticos de la zona. Es otro pueblo blanco, con empinadas callejuelas, iglesia, museos y abarrotado de tiendas de souvenirs. Desde arriba podremos ver el embalse de Guadalest, la Sierra de Aitana o la Sierra de Aixorta. Bellísimo.
Imprescindible hacer una paradita en Villajoyosa. El pueblo es parecido al resto de los pueblos costeros, pero allí se encuentra el Museo del Chocolate de Valor. Dios mío qué riquísimo está este chocolate!!! Podemos pasar a verlo o ir directamente a la Cafetería Valor. Yo la última vez me comí unos churros con chocotale a la naranja que todavía me estoy relamiendo!!! (en realidad tenía un nombre mucho más exótico, algo así como jamaicano o maracaibo o yo qué sé, sólo sé que estaba delicioso por demás!) Buff, que peligro señor! La carta es alucinante, porque te presentan el chocolate en cualquiera de sus formas: frío, caliente o granizado. Todo lo que te puedas imaginar. (A lo largo de la provincia hay más cafeterías Valor, si te topas con una de ellas, PARA, ni te lo pienses!)
Esto es optativo. Para quien se anime, en Xixona (Jijona) podrá visitar el Museo del Turrón y en Ibi, cuna de los juguetes de nuestra infancia, podrá ver el museo del Juguete.
Y si alguno, le pilla de camino o ese día, mira tú qué no sabe qué hacer, pues yo les recomiendo que vayan a visitar el Castillo de Villena y el monumento más bonito de Alicante: el Santuario de Sta. María Magdalena en Novelda. Es un edificio modernista que parece el hermano pequeño de la Sagrada Familia, pero terminado. Es increíble encontrarte con un santuario así en mitad de la nada. Todo un descubrimiento, de verdad.
Siguiendo por el interior, debemos de visitar el segundo núcleo de población de la provincia de Alicante: Elx (Elche). Es un pueblo enorme pero tiene varios tesoros únicos. Imposible irnos sin visitar el Huerto del Cura. Es el palmeral más grande de Europa, pero es que además cuenta con una variedad de plantas (especialmente cactus) enorme. En el centro de Elx, también hay algún edificio interesante (basílicas, palacios..), pero podemos acercarnos hasta la Alcudia, un yacimiento arqueológico, que es dónde se descubrió la Dama de Elche, un busto íbero del s.IV
Y volviendo a la costa, podremos hacer una paraeta (como dirían en mi tierra) en las salinas de Santa Pola. En los meses de verano, se concentran en el humedal hasta 8.000 flamencos, pero también se pasan por allí el pato colorado, las cigüeñuelas, garzas, gaviotas, fochas o aguiluchos. Es una reserva muy especial, porque cuando cae la tarde la sal que se está cristalizando torna de rosa toda la superficie. Si a esto le añadimos el rosado de los miles de flamencos, la imagen es única. Durante años he pasado por delante al ir a trabajar, y jamás ha dejado de asombrarme tener semejante belleza tan cerca de mí.
Bueno, y hasta aquí hemos llegado, esto es lo mínimo que se debería ver de Alicante para hacerse una idea de lo que realmente es la provincia. Las playas están muy bien, pero hay pueblos preciosos para visitar, museos y parajes naturales.
Por cierto, si alguno se anima a hacer senderismo por allí (ya hablaré en otro post más detalladamente), desde luego que no se le ocurra hacerlo en los meses de verano porque seguro que le da una lipotimia. Pero hay sierras imponentes y valles espectaculares. Son algunas La Sierra Mariola, la Font Roja, el Vall de Gallinera, el Vall de Ebo, la Sierra de Aitana, el Maigmó.. en fin, qué os voy a contar de mi tierra que no sean bondades!! Agua no tendremos, pero serranías, a punta pala!
Y de comida mejor no hablar. Todo lo que suene a arroz y frutos del mar, está riquísimo. Las verduras y las frutas, buenísisimas. Mira en dulces, reconozco que no andamos muy sobrados. Lo mejor, los chocolates, turrones y helados.
Y si se me ocurre algo más, ya os lo iré contando. Que disfrutéis muchísimo con vuestra estancia allí. Alicante, es mucho más que Benidorm, os lo aseguro.