Altea, balcón del Mediterráneo

Altea es el balcón del Mediterráneo, una ciudad de cuento de hadas. Situada en la provincia de Alicante y figura como una de las destacadas de la Costa Blanca, posee todos los argumentos para vivir una de las mejores experiencias culturales, turísticas y gastronómicas.

Su gran belleza recuerda a las ciudades andaluzas y el blanco de sus casas te hace sentir en la Ibiza más profunda. Desde la parte alta de Altea se respira un aire vanguardista muy bohemio pero a la vez muy de nuestros días. Desde su casco antiguo se puede disfrutar de las mejores propuestas gastronómicas del Mediterráneo mientras se pasea por la plaza de la iglesia repleta de pintores y músicos en directo.

Desde cualquiera de sus miradores, se puede apreciar el mar y las ciudades vecinas como Benidorm con su isla, el peñón de Ifach en Calpe y buena parte de la costa alicantina. Si coincide que visitas la ciudad en la noche de los fuegos, Los Castillos de L´olla, la magia de la ciudad se verá multiplicada.

Los espacios naturales y senderos también son abundantes.  La sierra de Bernia, compartida por las poblaciones de Altea, Benissa, Callosa d’en Sarrià y Xaló se encuentra llena de senderos que, sin dificultad, invitan a recorrerla y disfrutar de las vistas que ofrecen sus escarpados acantilados. Se dice que, esta montaña de aproximadamente nueve kilómetros de longitud es la columna vertebral de un antiguo gigante.
Independientemente de la fabulosa oferta de sol y playa que regala su costa, el trabajo de sus veintitrés mil habitantes ha permitido la conservación de Altea La Vella, también conocida como Poble antic, para el deleite de aquellos que disfrutan de la arquitectura del siglo XVIII.


Galerías de arte, tiendas y talleres de artesanía y algunos restaurantes selectos son unos pocos ejemplos de las muchas sorpresas que esconde Poble Antic y que le han servido a esta pequeña población para obtener la denominación de Capital Cultural de la Comunidad Valenciana.
La curvada y ascedente calle de Costera dels Maxos, uno de los principales accesos al casco antiguo de Altea, es morada también de la Fundación Eberhard Schlotter, un famoso pintor alemán que en el año 1956, tras viajar en innumerables ocasiones y cansado de la marginación a la que eran sometidos los artistas en su país, decide instalarse en esta ciudad, concretamente en una casa en la zona de Cap Negret, donde todavía reside actualmente a sus 90 años de edad.

No lo dudes, Altea es el mejor exponente de playas, tradición, cultura, modernidad, gastronomía, y sobre todo amor.

1 comentario en «Altea, balcón del Mediterráneo»

  1. Acostumbro cada dia buscar posts para pasar un buen momento leyendo y de esta forma he encontrado vuestra web. La verdad me ha gustado la web y pienso volver para seguir pasando buenos momentos.
    Saludos

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