La Gran Vía es mucho más que una calle de Madrid. Nadie podría decir que conoce Madrid si no ha recorrido la Gran Vía, avistado sus principales edificios o revuelto alguno de sus grandes almacenes. Con múltiples opciones de actividades para realizar, la Gran Vía de Madrid es uno de los más reconocidos centros de ocio, comercio, turismo, gastronomía y espectáculos y se extiende desde la calle Alcalá hasta Plaza España, conectando el noroeste y el centro de la ciudad.
La Gran Vía de Madrid es la línea que divide los distritos de la ciudad de tal manera que Malasaña y Chueca quedando norte de la avenida, y las zonas de Sol y Opera, al sur. Para llegar a la Gran Vía se debe descender del metro en las estaciones Plaza de España, de las líneas 2, 3 y 10; Santo Domingo, de la línea 2; Callao, de las líneas 3 y 5, y Gran Vía, de las líneas 1 y 5. Algunos de los autobuses que conducen por allí, también, son los número 1, 2, 3, 44, 46, 74, 75, 133, 146, 147, 148, y 202.
Viendo las estrechas callejuelas que conforman el centro de Madrid, es comprensible que desde mediados del siglo XIX se haya contemplado la posibilidad de abrir un camino que facilitara el desplazamiento de los vehículos. Fueron varias las modificaciones que se realizaron en la organización del espacio urbano de la ciudad antes de la creación de la Gran Vía de Madrid, como la reforma de la Puerta del Sol de 1862 y la prolongación de la calle Preciados hasta donde luego fue construida la plaza de Callao. Estas reestructuraciones se enfrentaron a la resistencia de los vecinos que se negaban a las modificaciones del centro histórico, pero a medida que pasó el tiempo la modernización de la ciudad se volvió inevitable.
Después de varios proyectos, de la mano de los arquitectos municipales José López Sallaberry y Francisco Octavio Palacios en 1897 llegó el plan que condujo a la creación de la Gran Vía de Madrid. Si bien se construyó en tres tramos bien diferenciados entre si, el resultado fue una avenida de 1316 metros de longitud, una de las mayores intervenciones urbanísticas que se realizaron en la ciudad en aquella época. El proyecto incluyó la construcción de edificios en la Gran Vía de Madrid que conformaran un conjunto equilibrado. Gracias a esto, todos presentan una altura similar y respetan el ancho de la calle, aunque a medida que pasaron los años fueron apareciendo nuevos estilos arquitectónicos cuyas diferencias pueden apreciarse nítidamente.
Manifiesto artístico de la resistencia que presentaban los vecinos es la zarzuela La Gran Vía, con música de Federico Chueca y libreto de Felipe Pérez y González. Sin embargo, con el tiempo, las costumbres de los madrileños fueron cambiando y esta nueva calle comenzó a ser aceptada como espacio de recreación y ocio con sus grandes almacenes, salas de cine y cafetería que lentamente comenzaron de llenarse de visitas.
El primer tramo de la Gran Vía de Madrid, que se ubica entre Alcalá y la Red de San Luis, fue concebido como un espacio orientado al comercio de primer nivel, en imitación de las principales avenidas europeas surgidas en el siglo XIX. Allí se instalaron las principales tiendas de moda como Almacenes Rodríguez, Samaral o Sánchez-Rubio; joyerías entre las que se cuentan Aldao, Brooking, Grassy, Perera o Sanz; concesionarios de automóviles; compañías de seguros y hoteles. Sin embargo, la atmósfera glamorosa de este tramo de la Gran Vía se fue perdiendo durante el último cuarto del siglo XX, aunque aún queda alguna prestigiosa casa de modas.
Testigo de los tiempos de gloria de la Gran Vía de Madrid queda aún estoicamente establecido, desde hace más de tres cuartos de siglo, el Museo Chicote (Gran Vía, 12) . Frecuentado por las personalidades de Hollywood, de lo que dan testimonios las fotografías que cuelgan en las paredes, era el local de moda. Su coctelería conserva el estándar de excelencia de siempre y siempre es un placer hacer un alto allí para relajarse con una copa al compás de la mejor música de los 80's, en días de semana, y house, pop y ambient, los fines de semana. La consumición en el Museo Chicote cuesta alrededor de 9 € y es un punto que no debemos perdernos.
También, en esta parte de la Gran Vía de Madrid se pueden observar diversos edificios, de un estilo predominantemente historicista con características del neobarroco y neorrenacentista. Uno de ellos, es Edificio Metrópolis, construido en 1911, de inspiración arquitectónica francesa, donde se encuentra establecida la compañía aseguradora Metrópolis. Justo enfrente, en la calle Alcalá, se encuentra el Círculo de las Bellas Artes, centro cultural de Madrid que se encuentra entre los más activos de la ciudad y donde se celebran conciertos en verano dado que dispone de una excelente terraza cubierta. Allí se desarrollan numerosas actividades vinculadas relacionadas a las artes plásticas, la literatura, la ciencia, la filosofía, el cine y las artes escenas, entre otras disciplinas.
A relativa poca distancia de allí se encuentran el edificio de La Gran Peña (Gran Vía, 2), el Casino Militar (Gran Vía, 13) y el Círculo de la Unión Mercantil e Industrial (Gran Vía, 24). Uno de los tesoros escondidos en la Gran Vía de Madrid es el Real Oratorio del Caballero de Gracia (Gran Vía, 17), proyectado por Juan de Villanueva, que en su estilo neoclásico rememora las pequeñas basílicas romanas. El Oratorio cuenta con un interesante patrimonio artístico, en el que se destaca una imagen del Santísimo Cristo de la Agonía, considerada una de las mejores reproducciones de Cristo en la cruz que se conservan en Madrid.
El segundo tramo de la Gran Vía de Madrid es que abarca desde la Red de San Luis hasta la Plaza del Callao. Originalmente se había construido allí un boulevard y a ello se debe que este fragmento mida 35 m de ancho, a diferencia de los otros dos que miden 25 m de ancho. Aquí se construyeron los primeros grandes almacenes de la ciudad, como los de la Sociedad Española de Precios Únicos (SEPU) –donde actualmente se encuentra un H&M-, El Corte Inglés y Galerías Preciados. Desde los años cincuenta, se dio un fuerte impulso al turismo que favoreció la instalación de hoteles y locales de ocio como cafeterías, bares y salas de fiestas, de los cuales algunos perduran hasta la actualidad.
Este segundo tramo de la Gran Vía de Madrid tiene un look más bien moderno con algunos aspectos americanos ya que allí se construyeron espacios de entretenimiento con las actividades más dinámicas y modernas de la ciudad pero a la vez accesibles, al igual que en el tercer tramo, como salas de cine y teatros. Desde la Plaza del Callao salen dos calles peatonales sumamente importantes en la vida social y comercial de la ciudad que confluyen en la Puerta del Sol. Una de ellas es la calle Preciados, con sus numerosas tiendas y, la otra es la calle Carmen, en la que a su final se encuentra el monumento de "El Oso y el Madroño", clásico de encuentros en la Puerta del Sol.
Entre los edificios más importantes se pueden mencionar la Casa Matesanz (Gran Vía. 27), un edificio comercial que la firma construyó para ubicar allí tiendas, despachos y oficinas, el Edificio Telefónica (Gran Vía 28), sede del Grupo Telefónica y el primer rascacielos que se construyó en Europa, y los edificios donde funcionaron el Cine Avenida (Gran Vía, 37) y el Palacio de la Prensa (Gran Vía, 46), actualmente devenido un espacio multicines.
En el Edificio Telefónica se ha programado la apertura del Museo de Telecomunicaciones, donde se destinarán 13.267 metros cuadrados a actividades culturales. El Museo de las Telecomunicaciones, según los planes, funcionaría en la segunda planta del edificio, así como en la tercera y en la cuarta se realizarán exposiciones temporales de las colecciones de la Fundación Telefónica.
El último tramo de la Gran Vía de Madrid fue originalmente poblado de cines, teatros, salas de fiestas, cafeterías y comercios y también predomina allí un estilo más americano. Se destacan entre las construcciones el España, uno de los edificios más representativos de la ciudad con sus 117 metros de altura, y la Torre de Madrid, uno de los edificios más altos de Madrid con 142 metros, ubicados ambos en la Plaza España.
La Plaza de España de Madrid es amplio y agradable espacio público donde se encuentran, además, el Monumento a Miguel de Cervantes, la Casa Gallardo y la sede de la Consejería de Cultura en el Edificio de la Compañía Asturiana de Minas. La gran fuente dedicada a Miguel de Cervantes junto con las figuras del Quijote de la Mancha y Sancho Panza, con la Torre de Madrid y el edificio España, forman una de las postales más típicas de Madrid. Por su parte, la Casa Gallardo es el máximo exponente de la arquitectura modernita en Madrid.
Con la llegada del siglo XXI, la Gran Vía comenzó a sufrir una especie de desprotección de los espacios por parte del Ayuntamiento de Madrid, y con ello mucho de lo que la caracterizó durante décadas se fue perdiendo, como muchos de los cines que a medida que vieron menguando la cantidad de asistentes se les hizo imposible sostenerse por si mismos. Sin embargo, la esencia de la Gran Vía de Madrid como espacio de encuentro entres los ciudadanos y paseo de ocio, permanece intacta.
En los últimos años, el perfil de zona de comercios tradicionales que tenía la Gran Vía de Madrid, fue cambiando y se impusieron las grandes cadenas de moda como las marcas del grupo Inditex: Bershka, Zara, Lefties, Stradivarius y Oysho. Estos comercios modernos comparten el espacio con los cines reconvertidos y algunos establecimientos de restauración.
Actualmente, en la Gran Vía de Madrid se encuentran establecidos cuarenta y un hoteles y quince sucursales bancarias. Entre los cines a los cuales aún se puede acudir a disfrutar de una buena película, de los doce que existían allí en su época dorada, se encuentran el Capitol (Gran Vía, 41), el Gran Vía (Gran Vía, 66), el Imperial (Gran Vía, 32) y el Filmax Gran Vía ubicado en el Centro Comercial Gran Vía 2.
La restauración es algo que no podremos eludir, restaurantes donde se puede aprovechar para hacer un alto, se cuenta el Gula Gula (Gran Vía, 1), con su cocina creativa, que ofrece mucha diversión con música, baile y humor en sus cenas show, a las que se puede acudir a las 21 o a las 24 hs. Si se desea algo más práctico, Cañas y Tapas (Gran Vía, 71) presenta el clásico madrileño en su versión posmoderna de comidas rápidas. Algo de un tinte más exclusivo ofrece el Restaurante del Hotel Senador Gran Vía (Gran Vía, 21), con su carta de diversos platos mediterráneos y vinos nacionales e internacionales. Además, el Grupo Vips, compañía dedicada a la hostelería y el comercio en España, tiene varios locales en la avenida, como las cafeterías Vips, el Restaurante De María (Gran Vía, 72), el Ginos (Gran Vía. 43) y el Tío Pepe (Gran Vía, 73).
El espíritu activo de la Gran Vía de Madrid es en sí mismo una gran convocatoria para los madrileños y los viajeros que pasan allí algunos días. No sólo por la cantidad de oferta de ocio que se encuentra establecida allí, sino porque además su historia es fascinante al manifestarse la llegada de la modernidad a la organización de esta maravillosa y atractiva ciudad. Es, sin duda, un paseo imprescindible para cualquier persona que quiera llevar consigo el recuerdo de uno de los paseos comerciales, turísticos y de ocio más bellos del mundo.